Puede ser útil servirse de un código de colores para marcar los diálogos (asignar un color específico a cada interlocutor y colorear la conversación según este criterio). Los relatos de la Biblia contienen una multitud de diálogos maravillosos. Recuerda por ejemplo la conversación de Jesús con la mujer samaritana en el pozo de Sicar que se detalla en Juan 4. Otro diálogo famoso es el que se produce entre Pedro y Jesús en Juan 13:6–10, donde éstos tratan la cuestión de si Jesús le ha de lavar o no
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